La calabaza y el calabacin son muy ricos en sales minerales particularmente en fósforo y calcio, por lo que son sumamente convenientes para los casos de raquitismo, caries de los dientes, y en todas las enfermedades de los huesos.
Son laxantes, digestibles y estimulan la buena función intestinal, aconsejándose mayormente en los estados febriles durante el embarazo.
Además la calabaza goza de excelentes propiedades terapéuticas en las enfermedades agudas del parto digestivo, especialmente en la inflamación de los intestinos, en la fiebre tifoidea y en la disenteria.
En los casos que al enfermo le está permitido solamente beber liquidos, se le dará una decocción de calabazas, y para ello se hará hervir 10 grs. de pulpa cortada en pedazos, en un litro de agua hasta que se reduzca a la mitad, y después de colarla se endulzará con un poco de azúcar.
También se les puede dar a ciertos enfermos que necesitan un efecto laxante, diurético, emoliente y calmante del dolor, el siguiente preparado nutritivo :
Se cortará en pedazos pequeños unos 800 grs. de pulpa de calabaza y 200 grs. de manzana, y se colocará en un recipiente con 50 grs. de azúcar, y se hechará una cantidad de agua hasta que cubra todo ; luego se coserá al fuego lento, y una vez que la calabaza y la manzana hayan adquirido una consistencia de masa se colará y se agregará cáscara de limón o naranja ralladas, y algo de canela o vanilla si se desea. Finalmente con zumo de calabazas se prepara vinagre y jarage, empleados con fines medicinales