Regenera, nutre e hidrata la piel en profundidad.

Atenúa y previene las arrugas, estrías, cicatrices, quemaduras, manchas de varices y repone nutrientes esenciales para la piel. Su uso continuado colabora en el mantenimiento de una piel sana y joven por más tiempo.

La Rosa Mosqueta es una planta salvaje de origen oriental, conocida en Europa desde hace muchos siglos. En un principio fue valorada por sus espinas, que eran utilizadas como una valla natural contra los intrusos. Es famosa por su alto contenido de Vitamina A, E, C y B1 y B2, con excepcionales propiedades regenerativas y cicatrizantes.

Indicaciones:

De acuerdo a las últimas conclusiones científicas es uno de los regeneradores dérmicos más poderosos que existen, sin efectos peligrosos y con la única contraindicación de que al tener un alto contenido en lípidos (grasas), no es recomendable en pieles grasas o con acné. Su poder regenerador se debe a la presencia de ácidos grasos como el linoléico, oléico, y araquidónico , nutrientes vitales en la formación de la membrana de las células, los mecanismos de defensa y el crecimiento de la piel. Un masaje con aceite de rosa mosqueta también es positivo para después de las exposiciones solares y para la protección contra agentes externos como el viento y el frío, factores estos que resecan profundamente la piel. En el caso de las mujeres embarazadas se recomienda dar suaves masajes en los pechos y el abdomen durante el último trimestre de gestación para evitar la aparición de estrías. Cualquier crema puede ser enriquecida con algunas gotas de este aceite, recomendándose 10 gotas por cada 30 gramos de crema.

Principios Activos:

100 % aceite de Rosa Mosqueta.

Modo de empleo:

Para el cuidado de la piel: Con la piel bien limpia, como hidratante, como nutritivo, como regenerador y reestructurante de la piel, aplicar con suaves masajes hasta su perfecta penetración.

Contenido:

30 ml.